Caravana artística: Manifiesto

[Versión 1.0 - 2021-01-01 00:00]

La polisemia del arte nos emplaza a esta caravana artística a comenzar un camino.

arte

Del lat. ars, artis, y este calco del gr. τέχνη téchnē.


1. m. o f. Capacidad, habilidad para hacer algo.

2. m. o f. Manifestación de la actividad humana mediante la cual se interpreta lo real o se plasma lo imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros.

3. m. o f. Conjunto de preceptos y reglas necesarios para hacer algo.

4. m. o f. Maña, astucia.

5. m. o f. Disposición personal de alguien. Buen, mal arte.

6. m. o f. Instrumento que sirve para pescar. U. m. en pl.

7. m. o f. rur. Man. noria (‖ máquina para subir agua).

8. m. o f. desus. Libro que contiene los preceptos de la gramática latina.

9. m. o f. pl. Lógica, física y metafísica. Curso de artes.



Si el arte es un resultado, tenemos la materia prima. Somos la materia prima, somos el origen, somos cualquier parte, somos hilos cosiendo un estandarte, somos la resistencia que protege el baluarte. Somos arte. 


La resistencia es una fuerza opositora, adictiva y magnética: Resistencia poética. La resistencia es la prueba última de la esencia humana, de aferrarse a las posibilidades, a las cuerdas roídas, a las cadenas oxidadas. Resistencia a marcharse después de los créditos, a la supervivencia de los esquejes secos, los brotes en reductos de tierra o la música cuando se encienden las luces. Resistir a la destrucción con andamios de materiales reciclados, apuntalando la adversidad con vasos retornables llenos de posibilidad. Resistencia desde las fronteras de la inmediatez, desde la resiliencia, desde las esquinas de silencio y naturaleza que respirar, desde cada inspiración y espiración, nos reafirma como nimios invasores del poder de las armas y los recursos de la tierra. 

Una tierra que, de momento, seguirá girando y por eso, aunque sólo sea por eso: ¡Resistamos!


Nos hemos encontrado por diferentes interconexiones del entramado vital motivadas por el arte, por algún tipo de arte. Hemos pisado escenarios presenciales, virtuales, casas y parques. Nos hemos encontrado y reencontrado cerrando bares y locales. Nos han podido aglutinar micros abiertos y eventos en diferentes lugares como los ingredientes se aglutinan en las cocinas de los restaurantes. 


Restaurantes, bares y locales abren, cierran, resucitan, se enfrentan a variadas y constantes debacles a las que se somete a la cultura y al arte, pandemia o no mediante. Los lugares y las sedes nos agrupan, nos encuentran, nos enseñan, nos aprenden. Y aquí estamos: artistas ávidos de escenarios, de creación, de resurrección constante, de sinergias, de romper paradigmas y esquemas, convenciones y status quo; de hablar del tiempo y tomar unas cervezas. De ser. De crear. Porque el arte, como una gotera constante, desborda todos los cubos y cazuelas. 


Seamos el desborde, seamos música, seamos palabras, seamos la combinación de todas ellas. Sin normativas donde encajar, seamos. Seamos Grecia y Roma. Seamos circo, seamos una caravana de artistas en viaje constante. Seamos itinerantes en una figurada o literal caravana ambulante. 


Seremos. Seremos porque nos guían impulsos eléctricos de creación. Seremos porque aunque la rueda del capitalismo sea lo que sostiene nuestros andamios bancarios es el arte el que gira el engranaje y nos encuentra y nos reencuentra. 


No seamos disjuntos, seamos un conglomerado consistente, sin distancias impuestas, dispuesto a todo porque solo así conseguiremos ser algo tan sencillo y sincero como es el arte. 


Poniendo distancia a un igual que es presuntamente diferente por cualquier talento o característica es como en última instancia se consigue que existan poderes destructores. Llevado al extremo si hay poderes destructores o dictadores puede que sea porque alguien en algún momento empezó a tratar diferente a su vecino el día que se subió a un escenario, presentó un libro, pintó un cuadro, hizo una acrobacia o subió una escalera. Quizás sea por eso que sigue habiendo esclavos y señores feudales bajo convenciones sociales que crean distancias insalvables. Y en esta distancia entre lo nanométrico y lo infinito es donde se pueden construir casas o puentes rotos sobre acantilados. La distancia física o metafórica no existe si hay palabras con las que hablar y si las hay y se entienden, todo es absolutamente igual.


1.- Seremos una sede itinerante.

Nos han cerrado espacios. Aunque nos hayamos conocido en ellos, nuestra existencia es independiente, nuestra materia prima existe. Allá donde el arte nos requiera, iremos. 


2.- Seremos capturadores de materia prima.

Como pequeñas partículas de masa de pizza o pan, capturaremos todas esas pequeñas o grandes islas artísticas que conocemos y las uniremos.


3.- Llenaremos lugares.

Como artistas, como espectadores o como asociados llenaremos lugares para pre y post eventos porque la esencia y origen de todo arte es la conversación previa, la reunión posterior, la espuma de la cerveza, la gastronomía y todos los elementos tangenciales. Conquistaremos micros abiertos como punto de encuentro, como trailer, como prueba, como ensayo, como despliegue de medios. 


4.- El espacio seremos nosotros. 

Construiremos y crearemos eventos y recurriremos a este conglomerado para buscar los elementos necesarios: música, palabras y público. Aquí está la materia prima y el público. 


5.- Seremos agrupaciones y subconjuntos polimórficos.

Seremos los que queramos ser: construiremos eventos multidisciplinares, temáticos, concretos, abiertos. Seremos las piezas de cualquier idea potencial, seremos observadores y participantes. 



Seamos posibilidad constante; seamos arte.