viernes, 27 de noviembre de 2020

Sólo cables

Me abrió la puerta con un plato de uvas tan grandes como albaricoques y me preguntó que qué podría hacer por mí. Me sonó como las preguntas de los doblajes, como ese “¿hay alguien ahí?”. Y eso también me lo preguntó aunque no lo hizo de forma literal. Me lo preguntó sutilmente, con la excusa más exacta y precisa que activa los mecanismos de la devoción desbocada. Y pasa que a mi los ángulos enseguida se me vuelven obtusos y los esquemas difusos. Sé que hay un conjunto de variables que me lleva a las posibilidades, que las pinta escasas y las hace reales; y en ese ímpetu constante por estar en alguna parte siento muy distante el pacto no escrito de la ebriedad cuando la deslumbra el sol, cuando los alcoholes ya no son el maridaje del impulso y el impulso es el engranaje que pone las piezas en movimiento. Y es ahí, donde el bucle itera; y es ahí donde vuelve la escena constante y la enmarca en un intervalo de tiempo acotado que ya fue. Uno más. El siguiente anhelo de incomprensible e inmaterializable repetición. El constante sincronismo tan asíncrono y distante que los retornos nunca podrán ser segundas partes. Sólo contratos errantes de realidades inconstantes. Sólo instantes contados de ensoñaciones realizables. Solo imágenes recurrentes de vivencias cuantificables. Sólo cables. Sólo bidireccionalidad inconstante. 

miércoles, 18 de noviembre de 2020

Mitjons

T'he de dir que se m'ha enfonsat l'estiu
a un calaix de mitjons;
que, com aquests mitjons
que es perden a les rentadores,
he viatjat per tota mena de filtres
i doblegat tambors amb força centrífuga
per arribar fins a tu.