viernes, 15 de marzo de 2019

Reconstrucción

De las ruinas,
de los cadáveres de otras vidas,
de los ladrillos anónimos de lápidas
“à perpetuité” que esperan grabados,
del fondo de los pozos,
de todos los cristales rotos;
redomesticando todos los ritmos e ironías,
recondueciendo todas las carreteras plásticas.

Guardar las capas,
los capítulos,
las enciclopedias,
los retales,
las fotografías;
guardar las palabras,
la música y la poesía.

Archivar las vivencias
-nuevas y conocidas-
como referencia,
como anexo;
sin orden alfabético,
almacenarlo todo.

Reconstruir y retomar el punto anterior
con la superstición de la efemérides;
como si los péndulos y los engranajes
tuvieran esa capacidad.

Las reconstrucciones empiezan
por las piezas cotidianas,
por los armazones,
por los impulsos,
por los archivos de los principios.

Las reconstrucciones se construyen
con los restos de la destrucción,
consciente antes del derribo,
preventiva ante el desastre,
resolutiva contra la adversidad.

La reconstrucción está
en las líneas arqueológicas
e históricas de los textos,
en las notas de las partituras;
en los ojos que miran
desde un nuevo principio,
desde un nuevo solar donde,
un holograma de listones
-y expectativas fantásticas asumidas-,
levanta los márgenes y los contornos
de la nueva realidad.

Reconstruir un camino de piedras y flores,
reconstruir las flechas y las señales,
marcar los kilómetros y los hitos,
bajar la marcha en las curvas
y volver a arrancar si se cala.

Reconstruir las piezas
en una nueva versión
en constante reconstrucción
de la realidad poliédrica
de los restos,
de los finales,
de las tragedias,
de los cambios de ángulo.

Cambiar el punto de vista,
reajustar potenciómetros,
la máquina se enciende,
todo funciona,
todo es,
todo fue.

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